Cómo preparar un archivo STL correctamente para imprimir en 3D
Preparar archivo STL correctamente es un paso clave en todo proceso de impresión 3D. Aunque es uno de los formatos más utilizados, no basta con exportarlo desde un software de modelado: es necesario verificar que cumpla ciertos requisitos para evitar fallos durante la impresión.
Uno de los aspectos más importantes es la resolución del STL, es decir, la densidad de triángulos que conforman el modelo. Si son pocos, las superficies se verán planas o con bordes poco definidos. Si son demasiados, el archivo puede volverse innecesariamente pesado y difícil de manejar. La clave es mantener un equilibrio entre nivel de detalle y eficiencia.
También se debe asegurar que el modelo sea manifold o estanco. Esto significa que debe tener una malla cerrada, sin huecos, caras duplicadas ni vértices flotantes. Cualquier error en la geometría puede provocar que el slicer no interprete bien la forma, generando impresiones incompletas o fallidas.
Otro punto crítico es la escala y las unidades de medida. Muchos problemas se deben a diferencias entre milímetros y pulgadas al exportar el STL. Verifica siempre que el tamaño sea el correcto antes de pasarlo al slicer.
Una vez el archivo está limpio y a escala, se importa al software de corte. Allí se definen parámetros como la orientación, la necesidad de soportes y la altura de capa. Cambiar la orientación del modelo puede mejorar la calidad superficial o aumentar su resistencia estructural.
Es fundamental utilizar la herramienta de vista previa por capas que ofrece el slicer. Esto permite detectar errores, comprobar la adherencia a la base y anticipar posibles fallas en zonas con voladizos.
Al finalizar este proceso, el slicer genera el archivo G-code, que es el que lee la impresora 3D. Si el archivo STL fue preparado correctamente, la impresión será mucho más predecible, precisa y libre de sorpresas.
En resumen, preparar archivo STL de forma adecuada implica cuidar la resolución, corregir la geometría, verificar la escala y validar cada paso antes de imprimir. Esto se traduce en mayor calidad, menos errores y mejores resultados.
Fuente: Xometry