Postprocesado en impresión 3D: claves para un acabado perfecto
El postprocesado en impresión 3D es una fase esencial que muchas veces se subestima. Una vez finalizada la impresión, las piezas requieren ajustes, correcciones o acabados para cumplir con los estándares visuales o funcionales del proyecto. Desde la eliminación de soportes hasta técnicas avanzadas de pintura, el postprocesado transforma un modelo básico en una pieza profesional y lista para su uso final.
La primera fase es la remoción de soportes, que puede realizarse manualmente o con herramientas como pinzas, cúteres o cortadores de precisión. Es importante hacerlo con cuidado para evitar dañar las zonas delicadas de la impresión. A continuación, se suele aplicar lijado, comenzando con una lija gruesa y progresando hacia granos más finos para suavizar capas y unificar superficies.
Algunas piezas presentan poros, grietas o uniones visibles, y para corregirlo se utilizan masillas plásticas o epóxicas. Una vez seco el relleno, se lija nuevamente para lograr una superficie uniforme.
Para piezas que requieren una alta calidad estética, se puede aplicar pintura en aerosol o con aerógrafo, siempre sobre una capa base o primer. Esto mejora la adherencia y resalta los detalles. También es recomendable sellar con una capa protectora o barniz, dependiendo del uso del objeto.
En materiales como el ABS, se puede realizar un alisado por vapor de acetona, técnica útil para suavizar superficies sin necesidad de lijar manualmente. En impresiones con resina, el curado con luz ultravioleta después del lavado es esencial para endurecer la pieza correctamente. También se pueden aplicar técnicas como el pulido con calor en materiales como el PLA, o incluso recubrimientos cerámicos o metálicos para mejorar el acabado y la resistencia.
El media blasting es otra técnica útil, especialmente en piezas impresas con resina. Consiste en aplicar chorros de material abrasivo a baja presión para suavizar imperfecciones superficiales y mejorar la textura general del objeto.
En piezas funcionales o móviles, un buen postprocesado puede mejorar el ajuste entre componentes y facilitar su movimiento. Lijar zonas de contacto o aplicar lubricantes puede marcar la diferencia en el rendimiento final.
Dominar el postprocesado en impresión 3D permite mejorar notablemente tanto la estética como la funcionalidad de tus piezas. Es un paso clave si buscas resultados profesionales y duraderos.
Fuente: Formlabs