La importancia de una cama caliente bien calibrada
Calibrar la cama caliente es uno de los pasos más críticos para lograr impresiones 3D consistentes y de alta calidad. La primera capa actúa como la base de toda la pieza, y cualquier error en esta etapa puede provocar desprendimientos, deformaciones o fallos totales durante la impresión.
Una cama mal calibrada genera problemas comunes como falta de adhesión, exceso de aplastamiento del filamento o capas iniciales irregulares. Estos errores no dependen solo del material o de la temperatura, sino de la distancia exacta entre la boquilla y la superficie de impresión.
Preparación antes de calibrar la cama caliente
Antes de comenzar, es fundamental que la impresora esté en condiciones estables. La cama debe estar limpia, libre de restos de filamento, grasa o polvo. También es recomendable precalentar tanto la cama caliente como el hotend a la temperatura habitual de impresión, ya que los materiales se expanden con el calor y esto influye directamente en la calibración.
Otro aspecto clave es verificar que la estructura de la impresora esté firme. Tornillos sueltos, ejes desalineados o una cama mal fijada pueden arruinar cualquier intento de ajuste preciso.
Ajuste manual de la altura de la cama
El método más común para calibrar la cama caliente es el ajuste manual mediante tornillos. Con la impresora en modo de nivelación, se desplaza el cabezal a cada esquina y al centro de la cama. En cada punto, se ajusta la altura hasta lograr una ligera resistencia al pasar una hoja de papel entre la boquilla y la superficie.
El objetivo no es que la boquilla presione el papel, sino que exista un contacto controlado. Este proceso debe repetirse varias veces, ya que ajustar un punto suele afectar a los demás. La paciencia en esta etapa marca una gran diferencia en el resultado final.
Comprobación visual de la primera capa
Una vez calibrada la cama caliente, la primera impresión de prueba es fundamental. Durante la primera capa, el filamento debe depositarse de forma uniforme, ligeramente aplastado y con líneas continuas que se unan entre sí sin dejar espacios ni generar rebabas excesivas.
Si el filamento se despega o queda redondeado, la boquilla está demasiado alta. Si la capa se ve muy aplastada o la boquilla raspa la superficie, la distancia es insuficiente. Estos pequeños ajustes finos suelen marcar la diferencia entre una impresión fallida y una base perfecta.
Influencia de la temperatura en la calibración
La temperatura de la cama caliente también influye en la adhesión de la primera capa. Cada material requiere un rango específico, y una calibración correcta pierde eficacia si la temperatura no es la adecuada. PLA, PETG y ABS reaccionan de forma distinta al calor, tanto en expansión como en adherencia.
Calibrar siempre con la temperatura real de trabajo evita ajustes incorrectos que solo funcionan en frío y fallan durante la impresión.
Mantener una calibración estable en el tiempo
Con el uso, la cama puede desajustarse ligeramente debido a vibraciones o cambios mecánicos. Revisar la calibración de forma periódica ayuda a mantener resultados consistentes y reduce el desperdicio de material.
Calibrar la cama caliente no es una tarea puntual, sino parte del mantenimiento básico de cualquier impresora 3D orientada a obtener impresiones fiables y de calidad.
Fuente: Prusa Research